jueves, 2 de junio de 2016

Recomendaciones para después de una amigdalectomia

Veo que son muchos, ya, los que leyeron mi entrada de hace dos años sobre la amigdalectomia de los primeros días (1-5). La cual cosa me hace feliz pues me gusta que mi experiencia os haya ayudado un poco más. Hace dos años yo leía la información en inglés y me asustaba el ver que poca gente había escrito sobre el tema, por eso me lancé a escribir algo en español, pero no sabía que tanta gente iba a leer mi blog.

Pues bien, muchos me habéis preguntado cómo me fue después de esos primero cinco días, he de decir que unos día más tarde tuve pequeños sangrados, que me asustaron mucho. Como ya me cansé de lo dulce al tercer o cuarto día dejé los helados un poco más de lado y los empecé a odiar. Por lo que, me forcé a comer cosas sólidas pensé que el cuerpo necesitaba alimento para poderse recuperar rápido. Eso sí, en mi caso en particular me dolía mucho cuando hacía eso. Así que tomaba un paracetamol antes de comer.
Por las noches tenía pesadillas, pero no sé si tiene que ver con que durmiera poco y de poca calidad.
Además como ya dije en el previo post, la garganta por la noche se seca, así que es muy importante beber agua a sorbos, incluso cuando no apetece.

No fue hasta la tercera semana o así que comí cosas mucho más sólidas, entonces ya no me dolía tanto, cierto era que notaba molestias, pero nada comparables a las semanas anteriores y ya no sangraba ni nada parecido.

Entonces en la cuarta semana, antes de irme a Londres, me lancé a comer fartons (y comer completamente normal.

Una vez ya en Londres no sentía ya nada de dolor, comía los meal deals en los que solía incluir un bocadillo o un sándwich. Masoca de mi, siempre me decantaba por el bocata. Cierto era que las papas de bolsa, me seguían doliendo cuando las comía, aunque ya bebía líquidos con gas sin que me doliera.

Para mi un truco que me ha funcionado bastante bien, desde que empecé a incluir alimentos sólidos, era masticar todo mucho. A veces, me dolía mucho la mandibula, por lo que me hacía purés de patata. O iba a comprar los potitos que comen los bébes a las farmacias o a los supermercados.

Por supuesto ahora que han pasado dos años he de decir que el dolor que pasas ese medio mes, vale la pena. Y que si volviera atrás en el tiempo lo volvería a hacer, quizás hay que tener cuidado en el hospital que se realiza, el trato es esencial para la recuperación. Como conclusión recomiendo a todo el mundo a que no tenga miedo, pues luego apenas te duele la garganta. (A mi me da dos veces al año). Pero la intensidad en las que me da ya no son tan graves como antes. Antes con las amigdalas solía coger fiebre. Ahora suele ser solo dolor de garganta y ya está.

¡Por cierto, volví a coger el cariño a los helados un poco más tarde!

Resumen en la dieta:

Primeros días: Polos de hielo (¡¡¡no de chocolate o leche, que escuece!!). Si se tiene fiebre poner un paño mojado en agua fría en la frente.

Días más tarde: caldos, purés y potitos.

A partir de aquí, poco a poco se integran a la dieta alimentos más solidos. Primero cosas suaves como huevos o jamón york.

Tres semanas o cuatro semanas más tarde, podremos comer normal.

Siempre: agua y paracetamol son los mejores compañeros de la aventura amigdalectómica.

Complementos: Series, películas, escuchar música, leer o ducharse para refrescarse.

Una vez más gracias por leer y siento contestar tarde, pero no suelo entrar mucho por aquí.

¡Mucho ánimo a todos y todas!


PD: Yo perdí cuatro kilos, pero cuando empecé a comer normal los recuperé bien recuperados. Adoraba todo tipo de comida. Cero ascos.




.

Ella se vió a si misma reflejada en ella. Por eso le gustaba estar a su lado, porque en cierta manera esa inocencia, esa manera de ser, le recordaba a cómo era ella, años atrás. Años atrás en los que ella no sabía decir que no, y que con poco se conformaba.