miércoles, 19 de noviembre de 2014

Pesadillas

-¿Quién eres? ¿Qué haces ahí?- dije yo.
-¡No te muevas o disparo! - dice un hombre vestido de negro.
- Papá, ¿lo conoces?
-Hija mía, este es tu último día de vida. Como bien sabes, llevas mucho tiempo sin venir a casa, sin ayudarme. ¿Qué clase de hija china eres? (Apuntándome con otra pistola)
-Papá, lo siento.
(Se escucha una risa malévola)
-Sonia, cierra los ojos, será rápido. - una voz del subconsciente me aconseja.
(Así hice yo; tenía miedo).
(De repente un disparo, un grito, mi grito).
No ha dolido tanto,creía que sería peor. He visto por Internet, que cuando te disparan. Duele. Que no es tan instantáneo, que notas dolor.
(Abro los ojos).
-Pa.., papá...
(El rojo tiñe el suelo, él yace ahí inconsciente. Empiezo a llorar desconsolada. Miro arriba)
-Mamá... ¿por qué? yo soy la culpable, ¿por qué mamá? ¿qué haces ahí? Pensé que... que te habías ido al restaurante.
-Tenía que hacerlo, eres mi hija te quiero, no permitiré que nunca te pase nada. Y a tu padre desde luego se le estaba yendo la cabeza.
El hombre extraño atemorizado la dispara.
Entre lágrimas abundantes, me retuerzo. Te preguntas, ¿por qué no he valorado más a mis padres, porque llevo tres semanas sin volver a casa? Os echaré de menos... yo...,
Sudores y más lágrimas.

Despiertas gracias a que en cierta parte estas enferma. Pero el estar enferma posiblemente ha causado que hayas soñado eso.

El primer acto de la mañana es llamar a tus padres, a tu hermana. Y cerciorarte que todo va bien, que todo ha sido pesadilla. Que este finde volverás para dejarte mimar y mimar a los demás.