lunes, 30 de diciembre de 2013

=)

Y con esa primera cucharada, aunque no la última, ella probó lo que era una explosión de sabores exquisitos capaz de deleitar y sensibilizar a los paladares más exigentes~*!

domingo, 24 de noviembre de 2013

Ella se miró en el agua azulado: 
ojos rojos fuego, 
pelo desgreñado
y un único pensamiento: 
"Cuanto más me explico, 
más incomprendida me siento".
Tristeza, soledad
y el recuerdo de un beso.
Un beso que por la incomprensión 
de dos enamorados
 atrás quedó en el recuerdo.

sábado, 17 de agosto de 2013

Amistades reencontradas, amistades perdidas.

Cuidado con los amigos que tienes alrededor puede que no sean muy confiables. Eso me decían una y otra vez. No me lo creía, pero en efecto así paso.

Puede que en un instante estén a tu lado, pero cuando más los necesitas desaparecen. Ellos no son amigos, son personas que se ajuntan a otros a su conveniencia.

Pues bien a mi me pasó esto y siempre pasará lo mismo...

Yo me hacía amigas de todos y todas, pero al mismo tiempo de nadie. Por aquel tiempo no lo sabia. Era inocente, no me culpo, pero por ser buena el tiro siempre te sale por la culata, ¿no?

Así fue me hice gran amiga de una chica rubia con ojos azules, admiraba su manera de hablar, su compañía, todo. Y no es por hacer la pelota, pero es así. A ella la llamaremos Mel.

Otra chica no tan amiga llamada Ana, habiéndome hecho perder la amistad de una chica antes, volvió a meter saña y Mel y yo nos distanciamos.

Yo pensé Mel ya verá de lo que vale Ana y todo volverá a ser como antes.

Pasó un año completo y así fue ellas dos se enfadaron y Mel volvió a mi lado. (¡Vaya sorpresa, no me lo esperaba! Notese mi ironía).

Mel me prometió que íbamos a ser grandes amigas que no volvería a pasar, pero lo inevitable ocurrió.

Años después y con las artimañas de la otra. Ella se olvidó de mi y sus promesas quedó en eso, pues en aire.

Con lágrimas en los ojos y amargada me quedé, escribiendo este pequeño recital de dolor. 

domingo, 21 de julio de 2013

Amigdalectomia días 1-5

He decidido escribir sobre la amigdalectomia que realice el 15/07/2013 en el Hospital Clínico de Valencia, ya que en español hay pocas páginas web, describiendo realmente lo que se siente, pero muchas sobre como se hace una amigdalectomia y vídeos de la operación. Además para la tranquilidad de los padres también hay muchas que hablan sobre la amigdalectomia infantil y pues los adultos no tenemos fuentes para consultar que no somos los únicos que hemos pasado por esto. Que de hecho hay más gente que lo ha hecho. 

Obviamente cada persona tiene un periodo de recuperación, pero yo voy a describir la mía, por si a alguien le ayudase.

Bueno y claro aparte de ayudar que no creo que casi nadie lea esto, para ser sinceros, para leerlo algún día y ver cuanto he sufrido y si de verdad valió la pena hacerlo. 

Pues bien, al principio de tu operación mucha gente que se la ha hecho y ya está bien, solo te dicen: "ya verás como luego estarás mucho mejor". Sí vale puede ser que todo esto valga la pena, pero yo quería hacerme la idea que me dolía más quizás me hubiese afectado menos y pensé que todo este dolor no era normal hasta que leí un foro inglés: http://tonsillectomyrecovery.com/tonsillectomy-day-1/

Bueno voy al lío que se me van a pasar el paracetamol a este paso...

DÍA 1

La verdad es que tardaron bastante más de lo que dijeron en meterme en la sala, pues tuve que esperar a que acabase otro señor. Mientras tanto unas enfermeras muy amables me pusieron la vía, aunque bueno al principio la chica decía que mi vena era muy fina y que me la quería poner por la muñeca y que me iba a doler. Hice tripas de corazón y me atreví a decirle que por favor siguiera intentando encontrar mi vena y así lo hizo. Me pusieron sedantes y calmantes mientras esperaba que la sala de operaciones quirúrgicas fuera despejada y limpiada. Antes de que me llevaran vino la anestesista y me pregunto si era alérgica a algo, por supuesto que no lo era... ya me lo habían preguntado miles de veces. Pero ya estaba muy atontada para recibir tantas preguntas y saber responderlas bien incluso me preguntaron si era mi primera operación, a lo que conteste que sí y me dijeron pobrecita, no será nada. 

Finalmente, me llevaron. ¡No me lo podía creer! Tanta espera me volvía loca, e incluso por la rendija de la puerta saludé a mi novio. La verdad es que eso fue un gran ánimo para mi. 

Una vez dentro me conectaron un montón de cables en el cuerpo supongo que para ver mi estado vital y demás. ¡Y sí, me cogieron tipo película, sí de esa manera en la que te cogen de la sábana y te arrastran a la mesa de operaciones! Me supo mal yo quería levantarme y hacerlo por mi propia cuenta y me dijeron te operas de amígdalas, ¿no? Les agradecí que me lo preguntaran no vaya a ser que me arranquen las cuerdas vocales o algo así. 

Cuando me habían preparado, me pusieron una "botella" diferente en la vía y a partir de ahí ya no me enteré hasta dos horas de después. 

Veía todo negro, estaba tranquila, soñando en mi mundo, entonces escuché una voz delicada y me dijeron: 

-"Sonia ya te han operado".
-¿Ah sí? Yo no me he enterado. -yo contesté.
-Pues mejor para ti, mujer.

Abrí los ojos pude leer borrosamente que ponía: "despertar". Además noté algo sobre mi boca, no sabia lo que era, me molestaba, no estaba acostumbrada. Quería llorar, no, no porque ahí me doliese si no que me sentía sola. 

Un rato largo después, vi entrar a mi madre, me puse super feliz y poco después mi novio, Sergio me sentía ya como en casa. 

Mi madre me preguntó: 

-¿Estás bien?
-Sí, pero me molesta lo de mi boca echa de repente agua es normal?- respondí yo. 
-Se lo diré a la enfermera. 

Finalmente me lo quitaron ya podía respirar normal. Pero la doctora nos comento que yo había sangrado un poco y que no quedaban más habitaciones, por lo tanto me tenía que quedar ahí, en la "¿URPA?", con miles de personas más sin la compañía de ninguno de las personas que más quiero en el mundo.

La verdad es que no me pareció nada bien eso, no era mi culpa que medio hospital estuviera cerrado, pero lo deje pasar, pues ahí no tenía dolor alguno, nada más que me raspaba un poco la garganta.

A medida que pasaba la noche, soledades y tristezas salieron a la luz, no comí nada, mediante suero me alimentaban y además tenia que ir al baño mediante una cuña super incomoda. Mientras que por la noche escuchaba las máquinas de las otras personas pitar porque se les bajaba el pulso y la mía propia porque al dormir bajaba el pulso, no pegué ojo. Estaba cansada, pero cuando escuchaba pitar aquello, pensaba que iba a morir o que alguien iba a hacerlo. 

Mi madre se había ido a casa, y mi novio a la casa de un amigo para poder volver al día siguiente y estar conmigo <3 .="" div="" nbsp="">

Durante la noche dieron habitaciones a las personas, pero a mi no. 

DÍA 2

Llegó la mañana, empezó el caos. No había sitio trajeron a un señor para hacerle unas curas o una operación, yo que sé. 

Me estresaba supuestamente me debían de dar el alta ese día, pero yo estaba muy mareada. Vino la doctora y dijo que teníamos que desayunar, solo tolerando lo que comíamos nos podríamos ir a casa. 

Yo no lo hice ya que la enfermera tenía miles de otras cosas que hacer, me obligó a beber la leche a todo trapo. Por supuesto mi novio poco tiempo después vino a verme. Le quiero mucho.

La doctora iba a pasar una hora después para ver como estábamos, pero a la media hora vomité no podía más en ese ambiente no sabía que utilizaban para limpiar, olía a rayos. Encima el estrés y las pocas horas de sueño remataron el trabajo. 

También para mi sorpresa pensé que el hecho de vomitar, me iba a hacer que me doliera la garganta, pero no fue así. 

"¡No quiero quedarme más, aquí no!"  pensé yo. 

La enfermera sabiendo lo mal que estaba pasándolo, me dijo que me darían una habitación. Iba a tirar cohetes. Después de una espera de varias horas por fin me llevaron a la habitación y pasé otra noche ahí, mi compañera de cuarto era silenciosa, y seguro que la que molestó en esa ocasión fui yo, ya que me desperté a las 4 con terribles dolores y Sergio tuvo que llamar a la enfermera. Me pusieron nueva medicación vía venosa y pude dormir hasta la mañana. 

Ese día me iba a visitar otra vez el otorrino, pero pasaron las horas y no llegaba. Vino la mujer de la limpieza a marear la perdiz con sus productos químicos y me dieron ganas de vomitar otra vez, eso que la noche anterior hice un gran esfuerzo para comer un poco de lo que traían en el servicio de habitaciones, volví a vomitar, me asusté muchísimo, ¿y si no me dejaban irme otra vez? 

Para cuando por fin vino el otorrino, ya había pasado unas horas y como necesitaban habitaciones, me dejaron libre. ¡Por fin!

Estaba mareada y no podía levantarme, pero con la ayuda de Sergio conseguí hacerlo y mi hermano me recogió en coche para llevarnos a Gandia. El trayecto se me hizo largo, pero finalmente lo conseguí, pues me dolía la garganta como si no hubiera mañana. 

Al llegar a casa, mi madre y Sergio, fueron a comprar helados y demás, me abastecieron con un montón de cosas frías y medicina, pero ya estaba cansada de tanto dulce y de tanta medicina, pero me lo debía comer y tomar. Aunque mi estomago pareciera que fuera a estallar. 

El resto del día lo llevé bien pues cuando me tomaba la medicina el dolor era el de una simple amigdalitis. Ese día también dormí bien quizás del cansancio que tenia. 

DÍA 3

Me desperté en casa, por lo que estaba feliz, pero por otro lado, me dolía mucho la garganta porque se ve que por la noche se seca, pero al levantarme y tomarme la medicación ya volvía a estar bien. Pero el efecto solo me duraba cuatro horas. Y hice mirar mi garganta a Sergio, estaba obsesionada, quiero curarme pues me voy a Londres el 30 de julio. Sí, me pillo un poco los dedos. Pero por aprender idiomas tengo que hacer todo lo posible. 

De hecho lo que más me dolia eran las yagas, los dientes y las heridas en la lengua y en la boca que me habían aparecido en la operación, quizás debió de ser el abrebocas, pero fuera lo que fuese, me dejó la boca hecha un destrozo de hecho tenía sangre seca en la comisura de los labios. 

Sí mi aspecto físico era más bien descuidado, pero no me sentía con el coraje de levantarme de cama y asearme un poco, me mareaba mucho. 

Durante la noche no lo pasé muy mal, dormí siete horas por lo que no está mal. 

DÍA 4
Hola dolor, no sé que pasa pero por las mañanas tengo un dolor que parece que voy a morir, me tomo las pastillas y dejo pasar media hora antes de comer algo, porque duele un montón. 

Me sentí menos mareada por lo que estaba dispuesta a lavarme ya el pelo, con la ayuda de mi tía. Y así lo hice, me sentí otra persona mucho mejor y relajada.

Sergio y yo nos pusimos a mirar programas de televisión como: "Pesadilla en la cocina", "Me cambio de familia" y cuando el no estaba, me ponía a mirar "Glee" en inglés total que el tiempo pasó en un chasquido de dedos. 

Y puedo decir con orgullo que comí mi primera sopa con fideos incluidos. Y este
 día me desperté a las cuatro de la mañana, pero me volví a dormir una hora después hasta que me levante a las ocho para tomarme mis queridas medicinas, las cuales tienen un sabor de la muerte. 
DÍA 5

¿Soy yo o es que de la noche a la mañana he empeorado? No volví a comer nada que conllevara fideos ni gránulos, me limitaba a helados. Pero comí super poco. 

Por la tarde decidí ducharme y cambiar mis ropas, las sábanas y todo lo que me rodeaba. 

¡Sí, sí, Simba! ¡Por fin me sentía persona!

Ufff, la noche se me hizo eterna, me dormí a la una y me desperté a las cuatro también como el día anterior y no me dormí hasta las cinco, pero me levante a las siete, después de toda una noche de dolor sin dormir bien. Cuando se pasa el paracetamol es un suplicio comer, dormir... 



A por el día 6 que es hoy :( :/

Diario de una chica con ex amigdalas enormes.

Edito: podéis ver mis recomendaciones en ese post. 



martes, 16 de abril de 2013

Diario de un alma errante.

Soy un empresario bueno ya no. Se me había olvidado el hecho de que hace unos días la empresa de mi ex jefe quebró y con todo ello mi felicidad se ha acabado pues no puedo aportar dinero a mi familia, que aunque no es muy grande, dependen de mi o mejor dicho dependían de mi.

Sí, sé que me queda el paro, pero yo no quiero decepcionarles quiero darles todo y cada uno de los caprichos que me pidan. Me he replanteado hacer trabajos pequeños, pero en esta época de crisis ya no queda ni eso. El único pensamiento que me invade es el miedo, ¿que podría hacer cuando todo este dinero que tengo ahorrado y el subsidio del paro se acabe? ¿Qué pasará con mi hipoteca? He llegado a pensar en cosas terribles, pero mejor olvidarlas...

[...] Un año después.

Encontré pequeños trabajos, recogiendo naranjas, limpiando casas...
Hasta mi mujer, la cual no está muy bien de salud, buscó pequeñas tareas...

Con el tiempo nos han quitado la casa, si en la familia estamos muy unidos, aunque todo parezca ir a peor y todos se han limpiado las manos y no nos quieren ayudar. Ni familiares, ni hermanos, primos ni siquiera amigos.

Pero he de decir que estoy orgulloso de tener una hija tan buena como ella, renunció a las "barbies" y ahora se conforma con leer libros que coge de la biblioteca del colegio.

A medida que pasan los meses, cada vez estoy más preocupado pues ya no es temporada de naranjas y nadie quiere que limpiemos nada. ¿Será cierto que tendré que recurrir a esas acciones infames?


-Pobre hija mía, lo mal que lo estará pasando.

Y una vez más me pregunto si mi papel como padre está yendo bien. Sé que ellas me quieren, pero yo no me siento realizado desde que todo esto ha pasado. Sé que muchos tienen situaciones peores pues solo me queda pensar en que sí saldremos adelante al menos aun conservamos un sentimiento básico y que como todos sabréis, es el amor.

[...] Medio año después...

Cuando pensabas que nada peor podía suceder..., resulta que el banco nos quito nuestra querida casa, llena de recuerdos, de sonrisas, de lágrimas. Me prometí recuperar la casa algún día. Con todo esto, perdí a mi mujer, pues como dije antes, ella estaba enferma y todo esto agravó su enfermedad para después partir, yo sé que en otra vida la encontraré y volveremos a estar juntos. Para Carla, mi hija esto fue un gran revés, pero sé que ella se guardaba los sentimientos para si misma, aunque era pequeña, ella entendía ya muchas cosas.

Yo casi siempre intentaba ser fuerte, ahora en cambio... soy muy débil, no puedo aguantar las lágrimas y la tristeza se cierne sobre mi, mi hija ha visto esto en mi, y no quiero que la afecte más de lo que es.

Rogué a mucha gente conocida si se podía hacer cargo de mi niña preciosa, lo que menos quería es que cogiera un trauma más grande del que tenía y empezará a descentrarse en los estudios, pues ella era perfecta a mis ojos.

Me recordaba a la versión más joven de su madre y me traía a la mente los preciosos recuerdos que su madre y yo construimos un día de hace treinta años.

Estuve un tiempo vagando por las calles, esperaba que mi hija estuviera bien con mi ex vecina, lo único que me faltaba es que me la quitaran los asistentes sociales.

Mientras pedía cosas básicas como una barra de pan y todo lo que hubiera y por haber, echaba de menos la comida de mi mujer, echaba de menos todas las sobras, si antes me quejaba de que no me gustaban los pimientos me podría comer millones de ellos pues ya no hago ascos a nada.

Y por fin y después de vagar sin rumbo apareció un pequeño atisbo de luz. En las calles, conocí un gran amigo lo que conseguíamos, lo compartíamos. Además nos contábamos todas las vivencias de nuestras vidas para desahogarnos.

Yo, nostálgico y con lágrimas en los ojos, le enseñaba la foto de mi hija todos los días, pues sabía que si la nombraba todos los días no me olvidaría de ella y aumentarían mis ansias de buscar trabajo

Pero ese día no tardó mucho en llegar, cuando más me había cansado de que me mirarán mal como si fuera un asesino, me avisaron para ir a trabajar de repartidor los fines de semana a un restaurante. Sé que no es mucho, pero por algo se empieza. Además con este pequeño dinero puedo comprarme ropa decente y visitar a mi hija. Había una razón clara de que no lo hiciera y es que no quería que me viera en esas terribles circunstancias, que no las desearía ni a mi peor enemigo

A día de hoy, intento que mi compañero de aventuras encuentre algo en que trabajar y soy feliz de volver a ver a mi hija y de ver que no me ha dejado de querer por haberle dejado con la señora María, pues ella es bastante caritativa, pero digamos que tampoco tiene mucho que dar . Como anécdota contaré que mi hija y según lo que me ha contado es que comía todos los días arroz con mayonesa.

-¿Qué mezcla horrenda es esa? ¿Por qué en vez de mayonesa no compra tomate frito? El caso es que ahora esas preguntas no me importan estoy feliz de que mi hija al menos tenga algo que llevarse a la boca.

Solo me queda decir que voy a luchar por todo lo que perdí y cuando lo recuperé prometo contarlo.


Diario de un alma errante
Dieciseis de abril del 2013